En 1957 el volcán submarino Capelinhos en la isla Faial (Azores) entró en erupción y el cono del cráter llegó a formar un trozo de tierra junto a la isla. En una año expulsó más de 30 millones de toneladas de cenizas y lava a más de 1,000 metros de altitud. Los resultados fueron fueron los más de 2 km de nuevo territorio (de los cuales casi la mitad han sido erosionados nuevamente por el mar), una capa de cenizas de metro a metro y medio (en algunos lugares llega incluso a tener 5 metros) y que cubre la parte oeste de la isla y que más de 2,000 habitantes perdieron sus hogares y tierras lo que originó la mayor emigración con origen en esta isla.
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